Es común que quienes reciben un salario fijo mensual no estén familiarizados ni comprendan completamente la necesidad de las políticas de cancelación. Estas políticas suelen aplicarse en servicios profesionales remunerados por horas, donde se requiere reservar el tiempo del profesional para prestar un servicio.
La justificación radica en que el profesional asignará una parte de su tiempo para atender a una persona específica y brindarle un servicio. Si esta persona cancela la cita programada, el profesional no recibirá remuneración por el tiempo reservado, a menos que siga una política de cancelación.
Algunas personas pueden considerar injusto pagar por un servicio que no se ha recibido debido a una cancelación. Sin embargo, si trasladamos esta situación a cualquier campo profesional, sería similar a que el empleador te informe que no necesitas trabajar un día y por lo tanto te descuente ese tiempo de tu salario. Esto podría llevar a que, si el empleador te dice repetidamente que no vayas a trabajar, finalmente decidas abandonar ese trabajo. Muchos tomaríamos esa decisión debido a la falta de control sobre trabajar o no, y por lo tanto, sobre nuestros ingresos.
Para evitar este tipo de problemas que están fuera del control del profesor autónomo, es común establecer políticas de cancelación. En la enseñanza de idiomas, una profesión que no siempre recibe el reconocimiento adecuado, es común que las escuelas y profesores se protejan mediante políticas de cancelación de 24 horas. Esto significa que aquellos estudiantes o clientes que no avisen con al menos 24 horas de anticipación sobre la cancelación de una clase, deberán pagar por esa hora cancelada.
¿Soluciona esta medida el problema de la incertidumbre sobre las horas de trabajo de un profesor autónomo?
En realidad, no del todo. Aunque tener una política de cancelación puede ayudar al profesor, no ofrece una garantía perfecta. Por un lado, pueden surgir situaciones desafortunadas en las que haya un alto número de cancelaciones en un mes, lo que significa que si el profesor no sigue una política de cancelación, no recibirá pago por ninguna de esas clases canceladas. Además, el profesor podría experimentar una reducción de ingresos de hasta un 25% o más, en una profesión que ya de por sí no está muy bien remunerada. Por otro lado, incluso si se sigue una política de cancelación, las cancelaciones notificadas con anticipación no generarán ingresos. Y, seamos honestos, la mayoría de las veces el profesor no tendrá la opción de llenar ese tiempo con otro cliente.
En los últimos años, debido al aumento de agendas ocupadas, imprevistos y falta de compromiso, incluso ha habido un endurecimiento de estas condiciones, siendo bastante común la sustitución de las políticas de cancelación por los pagos anticipados. En otras palabras, muchas escuelas e incluso profesores autónomos están solicitando a sus alumnos el pago por adelantado de las horas reservadas, independientemente de si se reciben o se cancelan, y sea cual sea el aviso previo. Así que, seguir una política de cancelación de 24 horas no es el caso más estricto al que te podrías enfrentar si eres estudiante de idiomas.
¿Qué sucede cuando es el profesor quien cancela una clase?
Algunas personas se cuestionan por qué, en ese caso, el profesor no está obligado a compensar económicamente a su estudiante. Esta pregunta podría parecer incluso ofensiva, pero es válida y tiene una respuesta sencilla. Si el profesor cancela una clase, él será perjudicado económicamente al perder el pago de esa clase. Además, es probable que el profesor, si está en su sano juicio, busque alternativas para reprogramar la clase cancelada. En resumen, el profesor es generalmente la última persona interesada en cancelar una clase, mientras que el perjuicio que podría sufrir el estudiante en comparación es menor. Por supuesto, sería deseable que informara de la cancelación con la mayor antelación posible.
Causas de fuerza mayor
Como siempre, existen excepciones a las reglas, las cancelaciones con menos de 24 horas no deben ser tenidas en cuenta siempre que haya causas de fuerza mayor, como por ejemplo: Una emergencia médica repentina, un problema de transporte masivo en una ciudad, un desastre natural, un corte de energía eléctrica, conflictos inesperados relacionados con la seguridad, etc.
En resumen
Las políticas de cancelación son fundamentales tanto para los profesores como para los estudiantes en el ámbito de la enseñanza de idiomas. Entender y respetar estas políticas no solo garantiza la estabilidad financiera de los profesionales, sino que también promueve una relación de confianza y colaboración entre ambas partes. Apreciamos tu comprensión y apoyo en este aspecto, y esperamos seguir trabajando juntos para crear un ambiente de aprendizaje positivo y productivo para todos. ¡Gracias por tu atención y compromiso!